miércoles, 14 de diciembre de 2011

La casa



Una ciudad sumergida en una espesa niebla.
Una casa en la cima de ésta, rodeada de una arboleda 
que la esconde de miradas indiscretas.
Dentro, una persona oscura, triste y 
carcomida por el paso del tiempo, espera...
espera delante de un reloj de cuco a que el tiempo pase;
a que su vida se extinga y deje este mundo 
lleno de materialismo e hipocresía.
Una existencia sin ningún bien material, 
sin falsedad, sin mentiras, sin hipocresía...
esa es la clase de existencia que ese personaje
quiere y espera alcanzar en esa otra vida que tanto ansía
y que muy pronto alcanzará. 

Poesenthya Cocco

sábado, 26 de noviembre de 2011

Valencia


Valencia. Dos meses sin estar aquí.
Ayer me paseé por sus calles, he ido a sitios que adoro de ella. 
Y sentía... sentía que no había otra ciudad en el mundo que considerase mi casa,
más que esta. No otra que, Valencia. Mi Valencia.
Sus anchas calles, sus edificios, su arquitectura... su olor.
Todo. Y se que por mucho que viaje, por mucho que esté fuera de aquí,
ella seguirá siendo mi ciudad, aquella a la que vendré siempre que quiera sentirme
como en casa. 
....
A ocho horas de embarcarme en un avión rumbo a Rumanía.
Desearme buen viaje. 

Os quiero.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Soñar, cumplir


Soñarsoñar que se puede.
que  se puede ser totalmente feliz.
Que se puede cambiar el mundo, aunque sea solamente tú mundo.
Soñar que eres totalmente tú,
que no te importa lo que piensen los demás porque
la única opinión que te importa es la tuya.
Soñar que pase lo que pase te querrás siempre.
Soñar que…  que eres la princesa de propio mundo
y que no hay necesidad de príncipes azules,
porque te bastas para ser lo que quieres ser y para ser…
¿Para ser qué? Sí. Para ser totalmente feliz

viernes, 11 de noviembre de 2011

La nebulosa


- Ven, corre.
- ¿Qué pasa?
- Mira! ¿Lo ves?
- ¿Ver el qué? Anne, yo no veo nada.
- Pero si está allí, mira bien. Abre bien los ojos, abre tú mente y no olvides también abrir tú corazón. 
- Venga, no juegues conmigo, ¿qué se supone que tengo que ver?
- Una nebulosa, con todos los colores  del arcoiris, suave y esponjosa. Que aparece cuando quiere, y se va sin avisar, tan solo de repente te das cuenta que ya no está. Fuente de inspiración, de agradable sensación en la boca del estómago... Amor, es la nebulosa de la imaginación. 

jueves, 3 de noviembre de 2011

Música


Hay canciones que te inspiran;
Algunas que te hacen reír,
Y otras llorar.
También hay canciones que te dan fuerza,
Y otras que te recuerdan a alguien especial.
Hay canciones para todos y para todo;
Incluso hay canciones para la guerra y la paz.
Pero lo más importante es que siempre habrá una canción,
Para cada momento, para cada uno y para cada sentimiento;
Que siempre habrá una canción lista para ser escuchada,
Reída o llorada; sentida o vivida.
Porque la música es así, llena de vida y de historias;
Llena de magia, de sentido y de vida.
Llena de nosotros… de nuestra historia.


Besitos de capuccino
Poesenthya Cocco

lunes, 31 de octubre de 2011

Rumanía



Tengo ganas de estar allí; de tumbarme en la hierba, cerrar los ojos y notar los suaves rayos de sol acariciar mi tez. Tengo ganas de estar allí; de aspirar el dulce aroma de las flores, que me embriague el fresco olor de la madre naturaleza. Quiero estar allí para sentirme libre y alejada de esta vida ajetreada, de esta vida en la cual el reloj te pesa cuan tonelada. Quiero estar allí para observar la gran maravilla de la naturaleza; para bendecirla y disfrutarla en soledad.

martes, 25 de octubre de 2011

Utopía





-          ¿Tú qué piensas?
-          ¿Sobre qué?
-          Sobre abandonarlo todo e ir viajando por el mundo, conociendo y descubriendo nuevos lugares, a nuevas personas; con una mochila en la espalda; tú y yo.
-          ¿Nosotros dos solos?
-          Sí, solo nosotros dos. Comiendo lo que encontrásemos por el camino, durmiendo bajo las estrellas y disfrutando de lo que la madre naturaleza nos pueda dar.
-          Y, ¿ bañarnos desnudos? ¿Haciendo auto stop? Y, ¿cantando mientras damos largos paseos sin un rumbo fijo?
-          Exactamente. Qué dices, ¿te atreves?
-          Sí! ¡Hagámoslo! ¡Seamos libres!

domingo, 23 de octubre de 2011

El fin



Armonía, tranquilidad, ligereza...la nada. Estoy suspendida entre dos mundos, en la fina línea que separa la vida y la muerte y por extraño que parezca no siento dolor y debería sentirlo pero...nada. Es como si no tuviese cuerpo, como si lo único que quedase de mi fuese un aura imperceptible.
No se donde estoy ni que hago aquí, pero aún así estoy en un estado de ataraxia que no me gustaría abandonar. Pero de repente... unas imagenes empiezan a golpear mi mente con ferocidad, y aunque no me duela siento que mi equilibrio en este mundo se está derrumbando. Imagenes de... de él. Y ... de nosotros en un coche y... y un camión. ¿Qué pasó después? ¿Por qué no puedo recordarlo? No lo sé. Pero necesito saber si él está a salvo; tiene que estarlo. Y aunque sea verlo por unos instantes, tengo que hacerlo. Lo deseo con todas mis fuerzas... tengo que abrir los ojos, tengo que hacerlo.

Los abro y estoy de pie, delante de lo que anteriormente era un coche; varias personas intentan sacar a alguien del coche y yo suplico que por favor sea él y que esté bien. Al final lo sacan y sí... es él. "Tiene pulso" son las palabras de un bombero y entonces sonrío y lloro de la emoción.
Sin importarme los demás, me abro paso entre la multitud allí congregada y lo cojo de la mano pero... hay algo que no está bien, algo que ... no...
En esos momentos me doy cuenta de que es lo que ha pasado y de que nunca más volveré a tocar su suave y cálida piel. Y también en esos precisos instantes me doy cuenta de que nadie me ha visto, de que nadie sabe que estoy aquí pero aún así él abre los ojos y los clava en los míos, como si me estuviese viendo. Le dedicó una cálida sonrisa y niego, no es su momento, si no el mío. Mis labios se unen a él por última vez, antes de que yo crucé esa fina línea y deje de estar suspendida entre dos mundos, para estarlo solo en uno.
Adiós...fue mi último suspiro.

lunes, 17 de octubre de 2011

Una pequeña Amélie



Paseaba sin rumbo fijo; con una sonrisa enigmatica en la cara y observando con detenimiento a todo aquel que se le cruzaba. Su mente era la cuna de la imaginación. Allí tenían lugar todas aquellas historias, todas aquellas batallas... A cada persona que se le cruzaba le creaba una historia, una personalidad y una vida. Sentía y vivía en carne propia todo lo que a sus personajes les sucedía. Ella no vivía su propia vida, si no la de los demás o mejor dicho... la de los personajes que ella misma creaba.
Aquella era una princesa que lucha por el amor del criado de su padre; el otro vive una lucha interna sobre si ir a por todas o encerrarse en si mismo. El señor que hay en el tercer banco del parque vive del recuerdo del amor adolescente y de la vida que con ese amor vivió hasta que una enfermedad misteriosa se la llevo, sumergiendolo a él en la oscura soledad y en un mar de suspiros y melancolía.
Aquella era su vida y tal vez, siempre lo sería. Ella no sabía del dolor físico ni del dolor del alma más que por lo que sus personajes sentían. Era feliz viviendo en su mundo de fantasía, con sus misterios, sus romances y sus sentimientos. Ella era feliz por lo que, ¿qué más daba si lo que vivía era ralidad o fantasía? 

viernes, 14 de octubre de 2011

El desván



Subí a su casa por esas empinadas escaleras de caracol que tanto me encantaban y que hacían que cada vez que subía un piso mirase hacia abajo y me asombrase de la estructura que tenían. No hizo falta tocar a la puerta para que me abriese, ya que esta ya estaba entreabierta, como siempre, esperando que yo la abriese del todo y entrase con pasos silenciosos. Así lo hice. Lo que a continuación vi me dejo... asombrada, sí, como siempre; aún no me he acostumbrado y tal vez nunca lo haga. Montañas y montañas de libros se abrían ante mi. Y si no eran de libros, eran de papeles llenos de tachones. Seguí abriendome paso por entre esos mundos hasta que llegué a una habitación inusual. Redonda, con estanterías llenas hasta el techo, como no, de libros. A los pies de las estanterias, más y más libros. Era como si no hubiesen ni paredes, ni suelo, solo libros. La única parte de suelo que podías observar era en el centro, en donde habían unas butacas al estilo pufs de color rojo que hacían que destacasen. Él estaba allí, sentado, con el ceño fruncido y unos mechones que se habían escapado de su coleta, colgandole por el rostro, pero él parecía no darse cuenta. Estaba enfrascado en escribir que se yo que. Escribía, lo leía, tachaba y volvía a escribir. Ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia. Yo lo admiraba. Sí, admiraba su belleza traslucida, sus ojos azules como de cristal, los cuales te daban miedo mirar más de dos segundos por si se hacían añicos. Su media melena de color chocolate pero que tenía un mechón rubio y que casi siempre lo llevaba en una destartalada coleta. Me consta que era su color natural, él jamás se había puesto ni una pizca de tinte; era una de sus tantas rarezas, pero que lo hacían tan especial. Tenía una figura alta y esbelta, pero que denotaba cierta fragilidad. Unas manos finas y delicadas, cuyos dedos siempre tenían manchas de tinta. Era hermoso; simplemente parecía de otro mundo, pero él desconocía su belleza. Él nunca se enteraba de nada más aparte de los libros y la escritura. Bueno, y de mi. Siempre he creído que puede leer la mente, porque con solo unos segundos mirándome fijamente, es capaz de saber todo lo que pienso y lo que siento, pero es extraño que me sienta tan cómoda siendo tan transparente para alguien, pero claro, él no es cualquiera.
Nuestras conversaciones... bueno, la verdad es que conversabamos a través de miradas. Podíamos mirarnos fijamente durante horas y al cabo de todo ese tiempo nos habíamos dicho todo pero aún teníamos cosas que decirnos. Era una relación rara; sí, esa es la palabra exacta: rara. 
Me senté allí, en la entrada, sin molestarlo, dejandolo enfrascado en un mundo, el cual no compartía conmigo. Bueno, ni conmigo ni con nadie. A mi no me molesta pues se que eso forma parte de él, de hecho es su esencia y creo que esa esencia es una de las cosas que hizo que mi ser fuese solo suyo y que viviese tan solo por y para él. Y como por arte de magia, o mejor dicho cuando mi aroma a los campos de la Toscana impregnarón su ser, alzó el rostro con impaciencia y con ansiedad y clavo su mirada cristalina en mi. Entonces se tranquilizo hasta esbozar una leve sonrisa que inundó todo mi ser de seguridad, tranquilidad y ... amor. Con una señal de su mirada me dio a entender que podía sentarme a su lado y así lo hice. Nos quedamos mirandonos fijamente unos... bueno, no tengo ni idea cuanto tiempo, pero en esos momentos le dije con la mirada a lo que había venido. La decisión que había tomado. El se dio cuenta enseguida y esbozó la sonrisa más maravillosa que había visto en toda mi vida. Lo que pasó a continuación me dejó helada puesto que él nunca había hecho esto. Se acercó a mi, sin apartar su mirada de la mía y junto nuestros labios en un beso sin igual. Ese día me hizo el amor como si no hubiese un mañana y después... después él también me dio su respuesta. Con tan solo una mirada supe que había aceptado el no separarnos jamás; ni siquiera en otras vidas. Supe que mi vida estaba destinada a tan solo una cosa: a ser suya para toda la eternidad. 


martes, 20 de septiembre de 2011

La casa de los sueños





Una casa de uno de esos barrios típicos de San Francisco, una de esas casas empinadas, con dos pisos, y unas escaleras en cuyos lados descansaban unos arbustos y unas flores bien cuidadas. Una de esas casas en las cuales muchos desearían vivir. Una de esas típicas casas que tan solo su presencia hace que te imagines cientos de historias y cientos de vivencias que tal vez han tenido lugar allí o tal vez no. Una de esas casas en las cuales se celebraban fiestas cada fin de semana en los años 20, en donde se fumaban purros, se escuchaba y bailaba el charlestone, y en donde los hombres se dedicaban a jugar al poker mientras unas bellas señoritas les animaban y les tentaba a los más placenteros pecados. En donde un amor entre una bailarina profesional de charlestone y un militar recien curado de sus heridas de la Primera Guerra Mundial vivieron felices y comieron perdices rodeados de tres hermosos niños.
Una de esas casas de ensueño... no, no una de esas casas si no... LA CASA. Mi casa. Mi historia,  mis recuerdos. Esa casa que ha sido testigo de tantos acontecimientos... esa casa que ahora o tal vez ahora no, pero dentro de poco tiempo sí, podrá ser testigo de como una vida se extingue y como el alma de esa persona se queda junto a la casa, pues ochenta años son pocos para disfrutar de mi casa, de esa casa que siempre quise y que gracias a él tuve. 

martes, 13 de septiembre de 2011

Inmortal



- Preferirías otra cosa, ¿verdad?
+ ¿A qué te refieres?
- Sabes a lo que me refiero. No eres tan opaca como crees, solo hay que observarte con detenimiento, solo hay que escuchar tus palabras y no solo oírlas para darse cuenta de que tú no perteneces a este mundo.
+ ¿Ah no? ¿Y a que mundo pertenezco según tú?
- Al de la perfección.   


domingo, 11 de septiembre de 2011

Once Ese



Estaba comiendo con mis padres cuando una noticia de última hora apareció en la televisión. Una noticia que nadie jamás se esperaría. Unos aviones secuestrados impactaron contra las Torres Gemelas de la ciudad que nunca duerme, provocando así su completa destrucción, la muerte de más de 3000 personas y heridas leves y graves en más de 6000 personas. Una noticia que provocó que el mundo entero parase de hacer lo que estaba haciendo y mirase la televisión con lagrimas en los ojos y con la piel de gallina. Aún me acuerdo el nudo en la garganta que tuve en esos momentos. ¿Cómo había podido pasar? ¿Cómo alguien era capaz de cometer semejante atrocidad? No lo entendía y diez años después sigo sin poder entenderlo. Miles de familias y de amigos destruidos, acabados; miles de personas convertidos en cenizas y en recuerdos.
Diez años después aún se pueden ver los daños provocados por la estupidez y la fe obsesiva de unos cuantos malnacidos, porque eso es lo que son: unos desgraciados que ni siquiera tendrían que haber nacido.
Diez años después siguen habiendo personas con el corazón roto, personas con heridas que tendrán de por vida; personas que ayudaron a sacar los cuerpos, personas que intentaron apagar el fuego, personas que esos días estuvieron en la Zona 0 y ahora están sufriendo las consecuencias de la radiación y de la inhalación de metales pesados. Personas con cáncer de piel, de pulmones...

Pero hay algo que incluso ahora hace que se me ponga la piel de gallina y me emocione y es que durante unos días todo el mundo se unió; todo el mundo mostró su apoyo a Estados Unidos, a Nueva York, a todas esas personas, a todas esas familias rotas por el dolor. Durante unos días personas que no se vieron directamente afectadas acudieron a ayudar y eso a pesar de la desgracia hace que sienta que de verdad, si nos unimos podemos hacer grandes cosas y podemos convertir este mundo en un mundo mejor.

Os dejo un vídeo que creo que merece la pena ver y escuchar.


We will never forget.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mom



La veo a ella todos los días. Discuto con ella muy a menudo. Riñas, peleas, palabras que no sentimos ni creemos, desilusiones, lágrimas, una habitación cerrarse de golpe y el silencio.

¿Cuantas veces la decepcioné?¿Cuantas veces le dije cosas que no tenía que haberle dicho?¿Cuantas veces he hecho que unas lagrimas puras y saladas recorriesen sus mejillas? ¿Cuantas veces le rompí el corazón? Muchas. Infinidad de veces.

¿Y cuantas veces ella me perdonó?¿Y volvía a darme su apoyo incondicional?¿Cuántas veces me ha acariciado con suavidad el pelo y me depositó un tierno beso en la mejilla?¿Cuántas veces me ha dado todo lo que ella podía? 

La admiro. Sí señor. Admiro que una mujer sea capaz de llevarlo todo, de preocuparse por todo. De ser capaz de llevar una familia, una casa y encima un trabajo. Que a pesar de descargar sus enfados conmigo, siempre ha estado allí y siempre que le he pedido algo ha intentado por todos los medios darme. Sí, admiro a mi madre, porque es la mujer de mi vida; porque a pesar de todo, siempre está allí y espero que siempre lo esté. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Cartas


La pluma se deslizaba por el papel, suave y ligera, escribiendo todo lo que ella sentía en esos momentos. Confesándose contigo y esperando a que pronto regresaras.
Son llantos, sonrisas, angustias y miedos los que ella te transmitía en esas cartas; que te llegaban con unas lágrimas de añoranza como sello y con una dirección del perfume floral que ella siempre utilizaba. Para ella todo estaba relacionado contigo, solo tú existías, pues solo por ti se arreglaba, solo por ti se convertía en princesa y dejaba a la cenicienta en un armario escondida. Vive por ti y también por ti se extinguirá si sigues sin volver...  



domingo, 4 de septiembre de 2011

¿Luchas o no?



Somos jovenes, somos humanos, y el destino está en nuestras manos.
Somos la voz del pueblo, somos el miedo de los gobernantes, o al menos... deberíamos serlo.
Somos los que mandan, los que tienen el poder de cambiar las cosas,
Pero no nos atrevemos.
¿Estamos acobardados o tan solo estamos acomodados a esta sociedad?
Todos esos bienes, todas esas palabras que los de arriba nos han dado, nos han dicho, para amansarnos ¿han hecho que perdamos nuestros ideales y nuestro instinto de supervivencia?


lunes, 29 de agosto de 2011

On, querida lluvia



- ¿Te pasa algo?
+ Sí. Estoy feliz. 
- ¿Por qué? 
+ Por la lluvia. 
- ¡Oh! ¿Te gusta qué llueva?
+ Me gusta que me llueva. ¿No es una sensación magnífica?
- No más que la que siento al verte a ti.  Eres fascinante.

La rutina



Estaban tumbados en el húmedo césped, observando el nublado cielo que con sus gritos presagiaba una gran tormenta. Pero en esos momentos a ninguno de los dos le importaba eso. 

- ¿Por qué? - fue lo único que preguntó él.
+ Simplemente porque ya no siento nada por ti. - La voz de ella sonaba fría y distante;, como si todo aquel asunto le aburriese. 
- ¿De la noche a la mañana? No te creo. Eso es imposible. - 
+ Pues mira, siento decirtelo pero sí, si que es posible. De la noche a la mañana me he dado cuenta que ya no eres nada para mi y que… me aburres. - Estaba siendo dura, pero anoche cuando Morfeo decidió no pasarse por su habitación tuvo tiempo de pensar, llegando así a la conclusión de que otra relación más se había acabado porque una vez más, su necesidad de sentir emociones nuevas, de vivir y de sentir otra vez, habían sido encerradas en el baúl de la monotonía. 
- Pero, ¿es por algo que haya hecho yo? ¿O por qué? Venga, Anne, no puedes dejar de sentir algo por una persona así de la nada. Eso va en contra de la naturaleza humana. - Él intentaba encontrar una razón lógica pero no la encontraba por más que se exprimiese el cerebro. 

Anne bostezo y siguió mirando fijamente esas enormes nubes que empezaban a cubrir el cielo. 
+ Creí que a estas alturas ya te habías dado cuenta que yo no era normal. - Cerró los ojos durante unos segundos y no contesto a su pregunta. Ella siempre había sido una enamorada o mejor dicho una obsesionada de las emociones, de los sentimientos. Siempre le había gustado comenzar una relación por todo lo que conllevaba; la timidez de cuando lo conoces y te das cuenta que sientes por él, la emoción de la primera llamada, del primer mensaje, de la primera llamada perdida… los nervios de la primera cita… el ardor de la primera noche… pero con él todo eso ya había acabado e incluso había superado su propio record personal; pero ya no aguantaba más, el aburrimiento y las ansias estaban acabando con ella.  

- Vale, ya lo entiendo. - Él se levantó ágilmente y la miro con una mezcla de rencor y asco. - Te has cansado de tu juguetito de turno y ahora necesitas otro nuevo, como siempre haces, ¿no? - Se estremeció ante su propia pregunta y su voz escalofriante, pero aún guardaba un poco de esperanza. 
+ ¡Un pin para el niño! Y ahora, apártate, que me tapas el sol . - Utilizo una metáfora y en su interior la idea de un nuevo comienzo la iluminó. 


domingo, 28 de agosto de 2011

La música


A veces, cuando siento que no puedo mas, cuando siento que si no me controlo voy a explotar, lo único que necesito es la… música. 
En esos momentos en los cuales la rabia, la decepción, el miedo o tan solo la frustración me invaden, solo necesito encerrarme en mi cuarto, ponerme música y tan solo centrándome en el ritmo, en la letra… en la canción, puedo controlarme. 

A veces la música es mejor incluso que un buen analgésico, que una buena droga; pero eso es normal cuando la música es el calmante del alma, o… ¿no?


sábado, 27 de agosto de 2011

Intolerancia

Sentada en una mesa, rodeada por su hermana, sus padres y sus tíos, Chrystalle se encontraba mirando con falso embelesamiento la taza de café que tenía entre sus manos, intentando no prestar atención a las palabras de su tía, las cuales estaban criticando a una persona por su apariencia física. Ella intentaba no decir nada, no quería dejar a sus padres mal por sus ideas y porque ella no era capaz de controlar ese carácter y esa boca. 

Pero la sangre cada vez le hervía más y más. ¿Acaso alguien no podía vestirse como quería sin ser objetivo de las palabras ofensivas de una persona cerrada y superficial? ¿Por qué para parecer “decente” y “bien educada” necesitas ir como una muñequita barbie? No lo entendía. No entendía como hoy en día existían personas que aún eran capaces de catalogar a una persona por su aspecto físico. No entendía como en pleno siglo XXI podían seguir existiendo esa discriminación silenciosa.
Dio un gran trago para ocultar una mueca de desaprobación cuando escuchó la palabra “gorda” acompañada de “tiene que adelgazar” salir de la boca de su tía. Esa fue la gota que colmó el vaso. Chrys se levantó, golpeando con severidad la mesa y mirando desafiante a su tía.
- Gente como tú hace que esta sociedad sea una mierda. - Una sola frase. Diez ojos mirándola asombrados. Salió de allí dando un portazo y sin dar tiempo a nadie que en esa mesa había, para poder replicar nada de sus palabras.

viernes, 26 de agosto de 2011

Past


Todos tenemos un pasado y  a todos nos afecta voluntaria o involuntariamente. Nuestra vida esta rodeada de momentos vividos, de recuerdos; y aún no sabemos lo preciados que son esos recuerdos cuando lo único que te queda en esta vida es una maleta y un billete tan solo de ida a cualquier lugar, lejos de todo lo que habías creído tuyo y de todo lo que ahora te ha dado la espalda. Pero ella sí que lo sabe. Ella sabe lo que es haber vivido toda su vida rodeada de lujos, de personas y que de la noche a la mañana, todo se hubiese visto entorpecido y destruido por ser quien es; por haber nacido en una familia y en un país con una cultura determinadas y muy estrictas. Ella sabe lo que es sentirse desprotegida, sola y perdida. Desorientada en un mundo en donde las personas como ella, están mal vistas.  Por eso ha decidido marcharse; por eso ha escogido la única opción que tenía y es la de dejarlo todo atrás y empezar desde cero. Pero, ¿acaso es tan fácil dejar el pasado y comenzar una nueva vida? ¿Acaso el pasado… nunca vuelve? 

martes, 23 de agosto de 2011

Smile


He aprendido a sonreír cuando creí que no podría volver a hacerlo.
He aprendido a sonreír incluso en esos momentos en los que lo único que quería era dedicar una mala cara al mundo entero.
He aprendido a sonreír cuando creí que nada valía la pena.
...
He aprendido a sonreír cuando llegué a la conclusión de que nada ni nadie tenía derecho sobre mi vida; cuando llegué a la conclusión de que mi sonrisa era demasiado bonita como para ocultarla. 
Aprendí a sonreír porque todo es pasajero y porque sonreír depende de mi, y no de los demás.

lunes, 22 de agosto de 2011

Infancia



Campos llenos de cerezos en flor. Campos llenos de pétalos y envueltos en un aroma que me va embriagando a medida que observo como unos niños juegan al pilla pilla, correteando por entre los árboles, riendo sin preocupaciones. Sonrió con dulzura y me llevo un mechón de pelo que me impide ver con claridad a una de esas niñas, tras la oreja. Mis ojos la recorren de los pies a la cabeza y acabo por sonreír más aún. Conozco a esa chica. Pero, ¿cómo no reconocerme a mi misma? 

Abro los ojos y entonces vuelvo a la realidad; a aquella en la que ya no soy una niña que puede corretear libremente sin preocuparse de nada puesto que ya no soy del todo libre; ahora tengo unas metas, vivo en una sociedad, estoy rodeada de gente con demasiados prejuicios y sin sentimientos... estoy viviendo en un mundo en donde la inocencia y la libertad ya no existen. Y la echo de menos. Anhelo esa época en la que mi único problema era el jugar y la diversión.

domingo, 21 de agosto de 2011

Fingir, actuar


¿Podemos fingir qué somos felices? ¿Qué todo va bien? ¿Qué amamos y somos amados? No queremos amar... ¿o simplemente fingimos qué no queremos ser amados para así disfrazar la gran verdad que aflige nuestra vida... la soledad? ¿Podemos fingir qué somos lo suficientemente fuertes para vencer las dificultades que la vida nos pone en nuestros caminos?

Fingimos que no nos importa si él nos quiere, si a ella le caemos bien. Fingimos sobre nuestro físico, sobre nuestros ideales, sobre nuestras emociones, sobre nuestros pensamientos... sobre nuestros sentimientos. Todo con tal de mostrarnos al mundo como lo que no somos. ¿Y la razón? El miedo. El miedo a descubrirnos tal cual somos; el miedo a no ser aceptados por esta maldita sociedad. El miedo a... la soledad.

Todos somos personas; con nuestros defectos y nuestras virtudes, y aunque lo neguemos, a todos (o al menos a la gran mayoría) nos gusta pertenecer a algo; saber que no estamos solos y que no lo estaremos. Pero, ¿por qué también tenemos miedo a aceptarlo?

viernes, 19 de agosto de 2011

Y vuelve...


¿Cuanto tiempo ha pasado ya? Semanas...meses... ¿un año? Sí, tal vez haya pasado todo ese tiempo. Tanto tiempo sin saber nada de ti, sin saber si estabas bien, si tenías a otra... tanto tiempo sin siquiera saber si yo seguía siendo algo para ti. Un tiempo en el cual tú empezaste a formar parte tan solo de mi pasado, de mis recuerdos.
Y ahora... ¿ahora qué? Ahora has vuelto. Como si todo ese tiempo no hubiese pasado. Hablándome, tratándome tan bien como antaño. ¿Y yo qué hago? Sonreír como una boba y seguirte la corriente pues fuiste algo muy especial para mi y por lo visto, aún sigues siéndolo, aunque sea entre bambalinas.


Te echaba de menos, ¿lo sabes? Pues sí, ahora ya sí.

¿Quién decía que era tan fácil controlar los sentimientos? Porque hace nada había dicho que yo no quería depender de nadie, de ningún hombre, que yo no quería amor en mi vida; pero por muy paradójico que suene... lo quiero a él en mi vida.


jueves, 18 de agosto de 2011

Me gusta


Me gusta ser mujer. Me gusta ser feminista. Me gusta cocinar, me gusta cuidar a los míos. Me gusta arreglarme. Me gusta ser sensual, sonreír y mirar fijamente por entre mis pestañas vestidas de rimmel. Me gusta que los hombres se fijen en mi, que se volteen por la calle para mirarme. Pero también me gusta trabajar; depender de mi misma, no necesitar a un hombre para ello. Me gusta el tequila, el rock y los deportes. Me gusta defender los derechos de las mujeres. Me gusta discutir con todo aquel que cree y dice que las mujeres solo servimos para estar en el hogar.


Yo creo en las mujeres. Yo creo en nuestra fuerza física & mental. Yo creo en nuestra integridad, en nuestro progreso, en nuestra naturaleza. Porque ser mujer no es tan simple como un hombre piensa (no pretendo generalizar). Porque ser mujer conlleva mucho sacrificio, pero también muchos placeres. Porque somos el sexo fuerte, el que acabara sacando al mundo de esta crisis social y moral que nosotros mismos nos hemos metido. Y porque creo en lo que veo y lo que veo es que somos las únicas personas capaces de llevarlo todo y de afrontar cualquier obstáculo que se nos planteé.


Sí, yo aquí y ahora grito que ME GUSTA SER MUJER!

martes, 16 de agosto de 2011

Veneración


Respirar. Escuchar. Ver. Tocar. Sentir. Hablar. Saborear. Olfatear. Acariciar. Cantar. Todo aquello que es innato en nosotros y que lo damos por echo, que no le prestamos atención y que los desplazamos a un segundo nivel. Que los metemos en un baúl en donde nos olvidamos de su importancia. Nos olvidamos que sin ello no seríamos personas, no viviríamos, que seríamos unos pobres infelices. Que no podríamos apreciar todos aquellos paisajes, todos aquellos cuadros que vamos viendo a lo largo de nuestra vida. Que no podríamos escuchar las voces de nuestros más allegados; la música… y sin la música, ¿qué nos queda? La música lo es todo. Y poder tocar, acariciar… abrazar… ¿Qué clase de personas seríamos si no pudiésemos hacer eso? ¿Qué clase de felicidad tendríamos si en el caso de poder tocar a alguien no sintiéramos sensación alguna?

Es hora de ir apreciando esas cosas que no por ser innatas son menos importantes. Hay que ponerles un altar y darles una fiesta, una de las que sean inolvidables. 


¡Vuela!


Volar. Sentir el frío aire chocar contra tu rostro, acariciándotelo con fiereza; notar el pelo flotando a tú alrededor. Estar suspendida entre nubes. No depender de nadie ni de nada. Tú sola eres capaz de mantenerte allí  arriba. Lo ves todo tan pequeño desde ese lugar tan lejano que hasta te ríes por haber creído que todo se podía acabar en cualquier momento. Te ríes por haber creído que ese mundo que nosotros mismos hemos construido y que ahora está a tus pies te podía comer, que era más importante  que tú y que todo.  Que estupidez, pensar que tú no eras nadie ni significaba nada, verdad? Sí… que tontería creer que una de las piezas fundamentales para que este mundo siga avanzando en armonía fuese insignificante.  Ahora y allí arriba, mientras con la yema de tus dedos estás acariciando una esponjosa nube te estás dando cuenta que hasta una persona tan frágil como tú, es necesaria para que las cosas sigan su curso con normalidad. Allí y ahora te estás dando cuenta que todos somos importantes, incluso tú

sábado, 13 de agosto de 2011

Escribir, soñar, realizar.



Siempre he querido escribir una novela. Una obra que refleje mis ideales, mis gustos, mis complicaciones. Una novela entre la realidad y la imaginación, pero nunca lo hago. Mil y una ideas sobre que podría ir mi novela me vienen a la cabeza constantemente pero ninguna que haga que sienta y que diga "esta es" y me ponga a escribir como loca o que simplemente esté entusiasmada con la idea. Me encanta escribir, pero me canso muy rápido de las cosas y me da pavor empezar algo y no acabarlo.
Tengo la esperanza de que algún día, se me ocurra una idea magnifica, que haga que de solo pensar en ella mil mariposas recorran mi estómago. Ese día, sabré que algo grande haré, aunque sea para mi.

Pequeños grandes placeres.


¿Sabéis lo que me encanta? Estar en mi terraza, en la tumbona, cuando llueve. Con un libro en mi regazo y una taza de té verde con un chorro de limón al lado. Escuchando las gotas caer sobre el tejado que tapa media terraza. Oliendo la lluvia. Notando la suave brisa que se va levantando. Pensar en que estarán haciendo los demás ciudadanos; las demás personas. Quedarme en trance durante unos instantes. Luego volver a la realidad y notar que hay una sonrisa en mi rostro o que tengo el ceño fruncido. En ese momento pienso en que vaya pasatiempo me he encontrado y niego divertida con la cabeza, aún a sabiendas de que nadie me ve. Al final, tras dar otro trago al té, o de mezclarlo, abro el libro por la página que me he quedado y empiezo a leer. No tardo en sumergirme en una nueva historia, una que sin duda me apasiona. De vez en cuando paro para tomar un trago de té y reflexionar sobre lo que estaba leyendo, y luego, tras dejar la taza en la mesita que tengo a la izquierda, vuelvo mi vista al libro, y vuelvo a bañarme en palabras. 


Esos momentos... esos momentos son los que me dan tranquilidad, los que hacen sentirme bien conmigo misma y los que me hacen pensar que la vida... que la vida realmente vale la pena.

jueves, 11 de agosto de 2011

¿Importancia?



A veces me pregunto porque para mi el amor no es tan importante. Porque cuando veo a todas esas chicas hablando de esa persona especial yo tan solo pienso "no quiero a nadie en mi vida de esa manera". La mayoría de personas tienen entre sus sueños futuros, encontrar a ese alguien con quien pasar el resto de su vida o al menos gran parte de ella; en cambio yo... yo solo quiero empezar y acabar la carrera de mis sueños y trabajar en eso. Viajar, trabajar y disfrutar.

Para mi la frase de "el amor te hace libre" es una farsa. Para mi el amor tan solo limita la libertad de una persona, al menos la mía y desde que tengo uso de razón siempre he querido una cosa: LIBERTAD. De todo y de todos. Es difícil lo sé, pero si la sociedad ya lo complica, ¿por qué complicarla más aún con el amor? 

No me malinterpretéis... creo en el amor, y me encanta verlo, pero creo que está hecho para un número de personas y no para todas, y yo soy de las que están en ese segundo grupo... 


martes, 9 de agosto de 2011

Yo, ellos: miedo.

Soy la típica persona que está encantada con su personalidad. Con sus rarezas, con sus manías, con sus virtudes... siendo crítica, irónica, realista aunque muchos me digan negativa. Siendo la clase de persona que siempre tiene algo que decir, que nunca se calla, que de justa a veces se pasa de tonta. Con mis gustos, pensamientos, creencias extravagantes. Con mi cambiante humor que a veces incluso parezco bipolar. Con mis emociones, las cuales salen a la luz con demasiada prontitud. Me gusta como soy por dentro pero hay veces... hay veces que de crítica, de habladora y de metiche (entiéndase esta palabra no como maruja o cotilla, si no como alguien que siempre tienen que meterse en todo para decir algo al respeto) paso ciertas barreras y al pasar esas barreras me siento una asquerosa y cabrona hija de perra. Me frustro por pensar que no tengo un límite, que no puedo no meterme y comentarlo todo. Y tengo miedo. Miedo de que en algún momento esas personas con las que paso el límite, también lleguen al suyo y digan: "Basta. Hasta aquí hemos llegado. No más. Me voy. Hasta nunca." Porque si esas personas son esa clase por las que lo daría todo... sin ellas... bueno, sería como si una parte de mi faltase. Estaría... incompleta. 


lunes, 8 de agosto de 2011

Explosión



Hay veces que una persona llega a un punto en el cual no puede más; un punto que es como una advertencia: o cambias, o tu vida seguirá para siempre jamás siendo una mierda.

Yo he llegado a ese punto. Un punto en el cual necesito cambiar para poder avanzar, para no seguir pegada en el mismo sitio viendo como mi vida va avanzando sin que yo pueda tomar mis propias decisiones. 
Además... me miro al espejo y la imagen reflejada no es la que debería ser: esa no soy yo. La imagen que se puede observar en el espejo no es la que representa mi forma de ser, mis ideales, mis creencias, mis gustos... es tan solo la imagen de una chica que vive como puede y que aún intenta acoplarse a lo que su entorno quiere, o mejor dicho... a lo que su familia quiere. 
Por eso necesito irme, empezar de cero; formarme a mi misma. Y no falta mucho para que me vaya... tan solo un mes; un mes y seré... libre. 


Pequeñas maravillas


Hay cosas, que por muy pequeñas e insignificantes que sean, le dan un toque de alegría a tu vida. Que con su humilde existencia, hacen un poco más llevadera esta vida esperpéntica.