Un sillón en medio de un salón decorado con cuadros, fotografías, plantas... un tocadiscos en un pequeño mueble color caoba, ubicado en una de las esquinas de la estancia. Una taza de té; frutas del bosque. Descansando en la mesita de al lado del sillón, la cual tiembla cada vez que la acaricias. Pequeñas y vaporosas nubes de delicioso aroma vuelan hacia el techo en busca de libertad. Una muchacha en el sillón, que de vez en cuando da pequeños sorbos del té; frutas del bosque. Una muchacha con un libro en la mano, que se embriaga con su lectura y que de vez en cuando se imagina a sus escritores favoritos, en un sillón, con una taza de té al lado, empapándose con la lectura de otros autores, que a su vez, en algún momento, estarían haciendo lo mismo que ellos: leer, en un viejo sillón, con un té como única compañía, a parte del mundo que las páginas del libro, que en sus manos descansa, cuenta; susurrante, ardiente, sublime.
lunes, 15 de octubre de 2012
Notas musicales inundando la
habitación, inundando tu cuerpo, tu mente, cada célula de tu cuerpo. Notas
musicales que absorben todo lo negativo dejando tan solo un camino de color
rojo. Rojo pasión. Voces transformadas en caricias, en labios inferiores mordidos,
en uñas adornadas por el color rojo arañar tu cuello. Un ritmo lento, vaivenes
suaves al ritmo de la melodía. Una música que te lleva a un mundo paralelo,
lleno de olor a cuero, de texturas y de diversos sabores. Ojos
vendados, suaves caricias y… Zas. Una fina y sublime línea entre el dolor y el
placer. Entre derribar barreras sociales y mentales para disfrutar. Para
sentir. Sentir y dejarte llevar. Música. Olor a cuero. Una orden. Una
obediencia. Notas musicales. Zas. Una caricia. La decadencia de lo mundano, acercándose
vertiginosamente hacia una luz rojiza.
Una luz que inunda tus sentidos y que se cierne sobre ti como una avalancha. Una
avalancha que te arrolle y que contra todo
pronostico, te lleva a rozar el cielo con las yemas de los dedos.
domingo, 7 de octubre de 2012
La libertad
Posted by Unknown on 11:59 a. m.
La libertad… ¿qué es?
Difícil pregunta y sin embargo
creemos poder definirla, pero ¿podemos? Es una palabra que describe algo tan
majestuoso y tan sublime que personalmente me da incluso miedo intentar
definirla porque eso implicaría ponerle límites. ¿Ponerle límites a la libertad?
Es hasta absurdo. Pero voy a intentarlo aunque sea por el placer de ordenar la
nube de ideas que tengo en mi cabeza acerca de Ella. Ojo, es una opinión
personal, no pretendo que esteis de acuerdo y compartáis mis ideas.
La libertad es el aire, las nubes, la lluvia y todo aquello que la
madre naturaleza nos ha dado para que cada ser vivo de la Tierra disfrutemos de
la magnitud de la vida. Es el poder
correr desnudo debajo de la lluvia porque de verdad quieres hacerlo y no porque
te piden que lo hagas, porqué “está de moda” o porque pretendas demostrarle algo
a alguien que no sea a ti mismo. Es respirar tranquilo, mientras te tumbas en
medio de la terraza mientras tus vecinos te observan por sus ventanas y te
juzgan en silencio. Es elegir cada uno de tus deseos, sueños y metas sin que te
veas influenciado por opiniones ajenas, ni por normas sociales, si no porque tu
mismo has elegido dar ese paso y no otro. Es gritar y luchar por aquello que
merece la pena y por aquello que beneficiaría a todos y no solo a ti. Es pensar
y creer que la libertad no es verdadera si el único que la disfruta eres tú. No
es hacer todo lo que quieras sin tener en cuenta a los demás, porqué la frase
de “tu libertad acaba donde comienza la libertad del otro”, tiene su razón de
ser.
La libertad implica igualdad, solidaridad, cooperativismo. Implica no
creernos superiores ni demostrar ese intento de superioridad. Ser libre quiere
decir que sabes escuchar, razonar, comprender y querer aceptar que puedes estar
equivocado y que puedes cambiar de opinión. Es romper cuantas más barreras
mejor. No solo físicas, ni sociales, sino que también y sobretodo mentales.
Somos los primeros que nos ponemos barreras; ser libre implica poder y querer destruirlas.
Contra todo pronóstico, ser libre no quiere decir aislarse en una
montaña y convertirse en un ermitaño, si no saber adaptarse a los tiempos que
corren pero sin que te dominen.
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